Pasear por un sendero, adrentrarnos en una zona arbolada y llegar, de pronto, a un charco de agua sobre el que cuelga una hermosa caida.
Yo recuerdo, de pequeño, que esta imagen resultaba tan habitual que no representaba nada especial para nosotros. Fue un poco después, cuando ya tuve una cierta edad y necesité vivir fuera de mi tierra durante algún tiempo, cuando me dí cuenta que si extraordinaria era una excena de este tipo, mucho más lo era encontrarla con tanta frecuencia como ocurría en el Valle del Jerte. (esta foto no la tengo identificada). |