CASAS RURALES y alojamientos en la SIERRA DE FRANCIA ,Turismo rural en SALAMANCA, Castilla y León.
Sierra de Francia está muy cerquita del Valle del Jerte. Puede que para algunos resulte todavía un territorio desconocido, pero para otros muchos es un referente en lo que respecta al turismo rural. La comarca de Sierra de Francia se sitúa en la zona sur de la provincia de Salamanca (Castilla y León), lindando con las Hurdes (Cáceres). Y es un destino obligado si deseamos conocer todas las posibilidades que nos brinda el turismo rural. Tres son los elementos turísticos emblemáticos en esta zona, La Peña de Francia, La Alberca y El Valle de las Batuecas. Todo digno de verse y disfrutarse, además cuenta con un gran número de alojamientos y casas rurales.
 
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Plaza de La Alberca.
 
SIERRA DE FRANCIA - LA ALBERCA . Salamanca, Castilla y León.

Hablar de Sierra de Francia es hablar de turismo rural en estado puro. No cabe duda que esta comarca es una de las más visitadas de Salamanca y, sin duda, una de las más atractivas para el viajero que desee combinar naturaleza y arquitectura popular en un solo “paquete”.

Sierra de Francia tiene una enorme tradición turística. Un entorno natural montañoso donde encontramos numerosos valles boscosos, recorridos por una gran cantidad de arroyos y riachuelos. En definitiva, un entorno natural ideal que ha merecido la consideración de Espacio natural junto al vecino Valle de Las Batuecas.

Pero no hay deleite paisajístico total si no subimos a la Peña de Francia. En los alto de un erguido montículo (se sube en coche perfectamente), encontramos el monasterio dedicado a la virgen y un mirador natural absolutamente excepcional. Desde la Peña contemplaremos no solo la comarca de la Sierra de Francia sino también comarcas anexas y, sobre todo, el magnífico paisaje que se abre en el atardecer sobre la cadena de montañas que forman las estribaciones de Gredos. Si llevamos a mano unos “anteojos”, podremos distinguir los pueblos circundantes, la mayoría de ellos de un valor histórico-artístico excepcional. Así, podremos recrearnos con los conjuntos históricos de Mogarraz, San Martín del Castañar, Sequeros, Miranda del Castañar y sobre todo La Alberca (pueblo serrano construido a base piedras y tortuosas calles con balconadas y fachadas típicas mezcladas de adobe y granito. Su inmejorable estado de conservación parece invitarnos a recordar nuestros más humildes orígenes).

Si os acercáis a la Peña de Francia, no dejéis de visitar el Valle de La Batuecas, con su impresionante caída surcada por una carretera/puerto que a cada curva parece atraernos al precipicio (no apta para los que padecen de vértigo). En el fondo de este valle, en un lugar de bosque cerrado, que en otro tiempo debió ser impracticable encontramos idílico Monasterio de San José, ideal para tomar unos minutos de descanso.

Si te gusta el turismo rural y las casas rurales, es probable que también te sientas atraído por el senderismo. Para ti, una pequeña recomendación, un bonito paseo a través de los umbríos bosques hasta las antiguas minas de oro del Cabaco. Los caminos y trochas que recorren esta ruta a través de las diversas localidades están perfectamente señalizadas (Ruta del Alagón).

LA ALBERCA.

La Alberca es reconocido en Salamanca como uno de los destinos turísticos (turismo rural y cultural) más importantes tanto de la provincia como de todo Castilla y León. Se trata de un pueblo perfectamente conservado en el pasado, con sus calles empedradas donde abundan los dinteles, grabados y escudos, todos labrados sobre la más recia piedra granítica.

La Alberca se encuentra en el corazón de la Sierra de Francia, muy cerca de la Peña. Resulta no solo atractivo, sino también sugerente y hasta relajante diría yo, callejear por su trama urbana donde ninguno de los detalles que encontremos nos advertirá que ya estamos en pleno siglo XXI.

Llegaremos, sin duda, a la plaza mayor, conservada como pocas en toda Salamanca, con un hermoso crucero y una fuente de piedra, a la antigua usanza, tal como recuerdo yo de pequeño la de mi pueblo. Una vez allí, no escatiméis en tiempo, lo mejor, es volverse a perder. Si tienes suerte, te toparás con el atardecer y podrás seguir los pasos de la moza de ánimas.

No olvides visitar La Iglesia, La Carcel, el teatro y sus puentes. Son elementos destacados dentro de un conjunto donde todo es destacable. En hora buena a los vecinos y autoridades por ese buen trabajo de conservación que ahora se ve premiado por los ingresos “extra” que proporcionan tanto sus casas rurales como los servicios adicionales que el viajero demanda y necesita.

LAS BATUECAS

A los pies de la Peña de Francia se abre, impenetrable y enigmático, el Valle de Las Batuecas. Lugar recóndito y apartado donde los haya, listo para abstraer al viajero en un mar de contemplación y sosiego, fruto de la absoluta armonía entre naturaleza y belleza. En las zonas rocosas abundan las pinturas rupestres del Neolítico y fue también lugar ideal para la meditación y la tranquilidad del espíritu, y si no, que se lo pregunten a los moradores del Monasterio Carmelita de San José, cuya silueta se alza en el devenir del camino. De su puerta parte un sedero que debemos seguir a pié, y que nos llevará hasta las cascadas del Chorro y que nos permitirá conocer de primera mano todas las bellezas paisajísticas de este enclave natural.

Si tuviéramos que definirlo hablaríamos de el como “el valle secreto”. Embriaga su aroma a misterio y nos envuelve un alo de irrealidad que seguro ha cautivamos a algunas especies animales como la cabra montesa, que, seguramente, huyendo de otras zonas más pobladas han venido hasta este bosque mediterráneo para campar a sus anchas por riscos y collados.

Espectacular es, sobre todo, la subida por el puerto de carretera que nos llevará hasta la Alberca. Cuidado con los barrancos y precipicios y, por cierto, cuidado también con las personas que tiendan a marearse. Si vamos despacio, el espectáculo merece muy mucho la pena.
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