Muy cerca de la localidad de Navaconcejo, a tan solo 3 Km. de distancia encontramos la población de Cabezuela del Valle. Quizás por su pasado histórico, por su situación geográfica o por ser la población con mayor número de habitantes (más de 2.400) juega cierto papel de capital de la comarca. En ella encuentra su sede la Mancomunidad, la Asociación de turismo y el centro de salud del Valle.
Sus orígenes se remontan al medievo y comenzó siendo un pequeño núcleo poblacional llamado “La Aldea” que se situaba en una pequeña meseta de un cerro o “cabezuela” y que poco a poco se fue extendiendo desde la zona más elevada del promontorio hasta alcanzar la pendiente que acaba en el cauce del río. Precisamente por este motivo resulta tan pintoresco su casco antiguo, declarado conjunto histórico-artístico, con esas calles repinadas y retorcidas, lugares angostos, vías laberínticas y callejones ciegos en algunos casos casi cubiertos por grandes aleros que conforman la antigua Judería. Tuvo capital importancia la comunidad judía en el desarrollo de esta población hasta que en 1492 se promulga el Decreto de Expulsión que conduce a los judíos al exilio.
Siguiendo la carretera llegamos hasta la calle principal de Cabezuela. En esta calle principal, podemos ver las mejores casas del municipio, bastantes de ellas con fachas similares, en las que exhiben escudos nobiliarios, símbolos, anagramas y leyendas pías. Esta calle consta de tres tramos; Comenzamos a caminar en la zona más baja o calle del Hondón donde inmediatamente dejamos atrás un hermoso crucero. Tras una repinada subida llegamos hasta la zona de la plaza, se trata de un pequeño recinto situado en cuesta donde encontramos la iglesia de San Miguel Arcángel. El templo parroquial de San Miguel Arcángel es el principal monumento de este municipio. Se trata de una obra de los siglos XVI y XVIII construida, según cuenta la tradición, sobre el solar de la que fuera una antigua sinagoga de los hebreos, donado a Cabezuela en el año 1494. Sus muros, de mampostería y sillería, dispone de grandes contrafuertes en el exterior. Nos llamó la atención especialmente su retablo mayor, obra de la primera mitad del siglo XVII y la preciosa talla de la Virgen del Higo, fechada en el siglo XV. Continuando por la calle principal, partiendo de la plaza comienzan los soportales en lo que es el último tramo que nos lleva por la calle del Puente hasta precisamente el puente que nos permite cruzar el río Jerte, cuyos fundamentos parecen ser romanos.
De entre las ermitas con que cuenta Cabezuela, todas de origen barroco y comprendidas entre el siglo XVI y XVII, merece especial mención la de Nuestra Señora de Peñas Albas, la patrona de todos los cabezueleños, cuya imagen, realizada en el siglo XVI, se relaciona con numerosas historias devotas. Otras ermitas se consagraron a San Antonio, al Santo Cristo de la Paz o del Humilladero, y a Santiago y a San Felipe
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